¿Cómo definir tu propio legado?
En algunas ocasiones nos encontramos frente a obras tan completas como su propia ambición, de una manufactura tan bien calculada que es congruente definirlas como cuasi definitivas. En este término, bien podría entrar Thank you, goodnight, serie documental de más de cinco horas de duración que repasa las cuatro décadas de existencia de Bon Jovi, una de las bandas de rock más exitosas de todos los tiempos.
Para llevar a acabo este recorrido, se decidió partir en dos la narrativa de los hechos, por un lado tenemos los turbulentos años de formación de la agrupación hasta alcanzar su esplendor, y por el otro su inevitable actualidad en la que enfrentan, como nos tocará a cada uno de nosotros, las dificultades de la senectud. Con ello, el guion define un tiempo y espacio en la antesala de su decimocuarto aniversario. En este sentido somos testigos de una banda revisitando su historia a partir del cuestionamiento de su legado; resolver este dilema implicará su propia trascendencia, y de cierto modo explicar las razones para seguir existiendo.
Por lo general en este tipo de narrativas donde el presente es medido en oposición contra el pasado, la parte más conocida y estabilizada por el tiempo se devora a la actualidad aún en construcción, pero para evitarlo, se tiene el factor de la salud de Jon, que es lo suficientemente crucial y sabido por todo el mundo, para engancharnos en sus intentos de resolver su desempeño vocal.
Hablando un poco del formato, pienso que es un acierto presentarlo en formato de serie, ya que difícilmente el público general podría digerir el contenido de una sola sentada, además de las dificultades que implican mantener un hilo conductor dentro de una historia con tantos acontecimientos. Y al menos en los primeros dos episodios, las cosas cierran sin dejar cabos sueltos porque hay más que suficiente tela de donde cortar, presentando los antecedentes en su natal Nueva Jersey, los pasos en falso que tuvieron que sortear, así como el estratosférico éxito que obtendrían al final de la década, pagando con ello grandes costos.
Con tales sucesos, el documental deja al descubierto las polémicas que definieron a la agrupación, como el paupérrimo enfoque de sus primeros videoclips, la animadversión que causaban en la prensa, o incluso los problemas de algunos integrantes con ciertas sustancias que les impedirían tocar en los álbumes de estudio. Todo está ahí, o al menos se menciona, y al hacerlo, el producto final no se siente como un mero intento promocional de la gira en curso o una elegía de poco presupuesto. En verdad hay un esmero por revivir el pasado mostrando las cicatrices.
Otro punto fuerte, fue la decisión de incluir el punto de vista de Richie Sambora, quien como todos saben, ha estado fuera más de una década del grupo, y pese a seguir teniendo discrepancias con el líder de la banda, su presencia ejerce un vaivén en las anécdotas donde incurre, ejemplificando a detalle la mecánica interna desde el interior, sobre todo en los momentos que atañen a la composición de canciones.
Regresando un poco al contenido, es curioso como en los últimos tres capítulos haya un cambio de dirección, pues lo musical pasa un poco a segundo plano para cederle tiempo a decisiones directivas, personales y de logística. Como si el fenómeno mundial de la banda engullera por completo a lo que estas personas se dedicaban casi al 100%. Conocemos un poco más de sus vidas, sus familias, el carácter humanitario de sus miembros y las diversas facetas de lo que significa ser una figura pública. Y aunque llegan y se van álbumes de los que nos hubiera encantado escuchar un poco más, el buen instinto del chisme y el inevitable cisma entre Richie y Jon son sustitutos gratos en el ritmo de la trama.
En general, si hay algo que criticarle esta serie, podría ser las propias consecuencias de su realización tan cerrada, tan definitiva; pues en la búsqueda de la reivindicación del camino, aún quedan muchas dudas de lo que en verdad significa la vigencia de la banda, específicamente en esta última etapa más condescendiente consigo misma, que da una buena cara hacia el futuro, al mismo tiempo que aboga por el trabajo duro.
Al final del camino (que sigue escribiéndose día a día) puedo asegurar, que solo con el devenir de otros tiempos, y con ello, de diferentes perspectivas, se logrará revisar la iconicidad de esta agrupación tan histórica, consiguiendo decir más y abarcar más, de lo que esta serie ha logrado presentar exitosamente.
Liino Thorien @liinothorien.oficial
